No estamos seguros de cómo fue que conocimos a Pedro. Fue compañero de Chris Ewing en la escuela de Barú, la cual contaba con sólo un salón y profesor el cual daba clases en dos sesiones diarias a niños de primero a sexto grado. Pedro y Chris recuerdan los partidos informales de fútbol, llamadas “mejengas” en Costa Rica, durante el recreo y después de clases.
Pedro empezó a trabajar para Hacienda Barú cuando tenía 14 años de edad; él tiene 7 hermanos y hermanas y asistió a la escuela de Barú hasta el sexto grado. Cuando comenzó a trabajar, su principal labor era mantener la maleza cortada en los límites de la finca, en la orilla del camino y en el cauce de los riachuelos. El realizó esta ardua labor por tres años. Pedro cuenta cómo un día estaba chapeando cuando Don Jack lo llamó y le solicitó que llevará a una pareja de invitados al bosque primario de la montaña, con lo que marcó su inicio como guía. Después de eso cada vez que había visitantes en la Hacienda, Pedro era un guía oficial.
Desde entonces, Pedro ha aprendido bastante inglés y es un experto local de especies de aves. El haber vivido en esta área toda su vida le ha ayudado a tener un especial entendimiento sobre la evolución del Refugio de Vida Silvestre y de las criaturas que habitan en el área.
¿Qué es lo que le gusta de guiar? Que es mucho más fácil que empuñar un machete y él ama los pájaros. Si, su pasión son las aves, su oído y vista aguda de Pedro lo hacen el líder en el sendero. El guía en todos nuestros tours, pero si existe una oportunidad en guiar pajareros él siempre estará listo en ir.
Cuando Pedro no se encuentra guiando, disfruta del fútbol, la pesca e ir a pajarear por su cuenta. Su pájaro favorito es el soterrey cucarachero porque es feliz y canta cada mañana.